Monterrey, N.L., 23 de agosto de 2025. – La Única Internacional Sonora Santanera convirtió la Arena Monterrey en una auténtica pista de baile para conmemorar sus 70 años de trayectoria musical, en un concierto que demostró por qué la agrupación sigue siendo referente de la música tropical en México y el mundo.

La velada estuvo llena de emociones, anécdotas y grandes sorpresas. Aunque una intensa lluvia recibió a los asistentes en el exterior del recinto, nada detuvo el entusiasmo de miles de fanáticos que se entregaron por completo a más de tres horas de música en vivo.

Invitados que hicieron historia

El festejo estuvo acompañado por artistas que aportaron un brillo especial a la noche. Erik Rubín y su hija Mía compartieron el escenario como invitados de honor, reflejando la amistad de años que los une con los integrantes de la Santanera.

Kalimba conquistó al público con su potente voz, mientras que María Conchita Alonso sorprendió a todos al tomar las percusiones, mostrando la versatilidad y camaradería que marcó el concierto.

Orgullo regiomontano y futbolero

Uno de los momentos más recordados fue cuando los músicos de la Sonora Santanera interpretaron “Bomboro quiñá quiñá” vistiendo con orgullo las jerseys de Tigres UANL, desatando una ovación monumental entre los asistentes. El gesto no solo celebró a la afición local, sino que también reforzó la conexión de la agrupación con Monterrey.

Un legado de generaciones

El repertorio incluyó clásicos inmortales como “La Boa”, “Bonita y mentirosa”, y “Perfume de gardenia”, canciones que lograron lo que solo la Sonora Santanera sabe hacer: unir a hijos, padres y abuelos en una misma pista de baile.

Además de rendir homenaje a los miembros fundadores que marcaron la historia de la agrupación, la noche fue testimonio de cómo la Santanera sigue vigente y cómo su música ha trascendido décadas sin perder frescura ni emoción.

Con este concierto en la Arena Monterrey, la Sonora Santanera no solo celebró siete décadas de carrera, sino que también reafirmó que su legado sigue vivo, bailando al compás de nuevas y viejas generaciones.